Pasada ya la Semana Santa y el mes de Abril, nuestra formación da por concluida la campaña 2019-2020. Este sábado en condiciones normales se celebraría la habitual reunión de la formación para comentar los fallos del año, las cosas que mejorar, recordar momentos vividos e ilusionarse con el año que empieza.

Normalmente son David, Sergio y Aitor quien llevan siempre la voz cantante de esta reunión y quien hacen un resumen de toda la Semana Santa para los demás compañeros. 

Aitor suele resumir todo que acontece a vientos y marchas, Sergio respecto a la percusión y David hace un resumen más extenso sobre todo el año. 

Este año esta reunión se hará, pero sin ser igual que las anteriores. También habrá reunión para aquellas personas que se quieran apuntar por primera vez. 

En el resumen del año hoy ha sido Sergio Egea quien nos ha querido mandar una carta como ya hicieron anteriormente compañeros suyos para desahogar y explicar su sentir tras esta nefasta Semana Santa que nos ha privado de nuestra penitencia particular y de nuestra fiesta nacional que refleja la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. 


"Hola a todos, buenas tardes, este año la percusión me ha gustado por diversos motivos pero en especial por uno, porque hemos sido una familia de amigos que es lo más importante. Así comenzaría yo mi resumen del año. Después hablaríamos de los errores de los ensayos, de las marchas que mas nos han costado y de todos los momentos buenos y malos de Semana Santa. 

Este año no va a poder así, este año por desgracia lo único que he podido hacer es hablar con mi gran amigo David y contarle como me ha jodido el no poder cumplir mi penitencia.
Le he contado que estaba deseando que llegara el Sábado de Pasión para llegar tocando a su casa, ver como en un segundo su padre, sus tíos, sus primos y familiares que nos acompañan ese día montaban las mesas y sacaban todos esos platos que nos preparan para cenar. Las patatas asadas, la ensaladilla, el salpicón, los huevos rellenos, el hojaldre de jamón york y como no lo que devoramos seguramente mas que en todo un año, los michirones. 
Le recordaba como nos reíamos, como picábamos al Chinchi, como le hacíamos novatadas a los nuevos, como veíamos esa mini exposición de nuestro Miércoles Santo que entre él y su padre hacen con playmobils y con esas casas que son las de músicos de nuestra banda, siempre nos buscamos y el cabroncete siempre intenta imitarnos. A mi me pone despistado mirando hacia abajo, a Diego lo pone gordo... Incluso pone un niño pequeño que es su primo Martín. Estamos todos. 
Le recordaba cómo nos poníamos a contar batallas y a reírnos ya entrada la noche y después unos cuantos ron con cola. 

Luego empezamos hablar de lo que hubiera sido nuestro primer Lunes Santo. Un Lunes Santo diferente, detrás de nuestro primer trono a costal, de nuestro primer viaje a Alcantarilla... Horas hablando de lo que podía haber pasado y de todo lo que tenemos que hacer para que el año que viene y dejamos de hablar, era muy tarde y nos despedimos hasta el próximo día. 

La conversación la retomamos el Martes Santo hablando de que ese día sacamos a nuestra titular de esas tardes cortas en la cofradía preparando, que si tambores, que si flores, que si ultimas partituras...
Y viendo que en la tele están echando Miércoles Santo hablamos de cómo vemos la formación y de cómo nos tenemos que poner, lo típico, cosas que no aprecias en directo pero se ven reflejadas en la tele. 
Hablamos de lo orgullosos que nos sentimos todos de poder ir protegiendo en el final a nuestra Virgen de la Caridad, de como nos sentimos orgullosos de haber sido la primera Cofradía/Hermandad en sacar durante diecinueve años el trono solo con mujeres. Hablamos de todo lo que tenemos que hacer para que en un futuro no muy lejano ese sea el mejor día de la semana. Pensamos que cosas hacer para que eso sea cada día mejor, porque será mejor. 
Después de eso y siendo entradas las tres de la mañana decidimos dejar la conversación y retomarla otro día. 

Pasan Jueves y Viernes Santo y el Sábado le mando una foto del Cristo de la Sangre. David me dice que no ha podido pegar ojo entre la madrugada del jueves y la mañana del viernes y que por la noche se acostó con una pena que no pudo descansar bien. Yo le cuento que me pasó lo mismo y que por la noche no pude aguantar y se me escaparon unas lagrimillas. El Viernes Santo para mí es el día más especial. Por la mañana es cuando nos lucimos, es cuando todo sale perfecto, es cuando todo el mundo te ve y sabes que no puedes fallar, es cuando ves lo guapa que va la Magdalena en el trono de las mujeres y es el día en el que hay, cuando todo acaba a eso de las dos y media, comida familiar. 

Después viene la tarde y con ello el ir a la hermandad ayudar a mi padre a preparar al Cristo. Para mi ver a mi padre sentir lo que siente por el Cristo de la Sangre y ver como lo prepara todo cuidadosamente, como hace sus rituales, como sufre cuando algo se le escapa, como va al bar nervioso mil veces ha tomarse un café para tranquilizarse, como le mete prisa a nuestro florista Antonio para que le ponga las rosas, en fin, el ver a mi padre me hace sentirme orgulloso y querer que cuando empiece la procesión no acabe nunca. David, a todos, siempre nos ha dicho que dentro de nuestra Semana Santa la procesión del Viernes Santo noche es de las mas importantes puesto que acompañamos a nuestro Cristo y escoltamos a nuestra titular. 

Lloré mucho este Viernes Santo en mi casa sabiendo que no podíamos procesionar, sentí como mi padre estaba triste y eso me entristeció más. Pero son cosas que pasan y como digo yo, aunque nos joda ahora mismo hay cosas mas importantes en la vida. 
Continuamos hablando del Sábado Santo y en concreto de cómo echábamos de menos las migas en la hermandad. 

El domingo recordamos los bailes, el requinto de Domingo, los floreos del Cristo, las metralletas del Juanki, los floreos constantes de las primeras, la cara del Matabichos y su primo Javi, a mi padre todo orgullos de un trabajo bien echo, de la comida de todos al terminar, las risas, las servilletas que se firmaban, de los premios Medusa... Un sin fin de cosas que nos entristecía no haber podido recordar y que a la misma vez nos alegraba por pensar en que el año que viene se vivirá mejor. 

El último día que hablamos fue el martes pasado, David me mando un boceto. Después de verlo supe que este año va ser el bueno, que cuando volvamos va ser mil veces mejor. Después de verlo me tranquilizo el saber que cuando volvamos tenemos un proyecto sólido y que no me tengo que preocupar de nada. Ahora sé que en lo que tenemos que pensar es en pasar esto y ayudar en todo lo que podamos a la gente que esta luchando por nosotros porque cuando nosotros volvamos lo haremos por ellos"